viernes, 18 de septiembre de 2009
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JUVENTINO ROSAS CADENAS, 145° ANIVERSARIO DE SU NATALICIO
El pueblo de Santa Cruz
Compositor, violinista y director de orquesta. Creador del internacionalmente conocido, durante más de un siglo, vals “Sobre las olas”. José Juventino Policarpo Rosas Cadenas, nació en el número 314 de la hoy calle Juventino Rosas, antes calle de Purísima, lugar que ahora ocupa el Auditorio Municipal y Museo, en el pueblo de Santa Cruz, del estado de Guanajuato, actualmente, ciudad de Santa Cruz de Juventino Rosas, el 25 de enero de 1868.
De origen otomí, sus padres fueron Jesús Rosas y Paula Cadenas. Juventino tuvo un hermano: Manuel, y una hermana: Patrocinio. Su padre, al nacer el compositor, se acababa de integrar al seno familiar, pues era soldado liberal republicano y participó en la guerra contra la intervención francesa; fue parte de la banda militar de su regimiento, en donde tocaba el arpa, pero también ejecutaba la guitarra, el violín y el piano. Debido a los conocimientos musicales de su padre, a que, en el pueblo de Santa Cruz reinaba un ambiente musical, pues en él se fabricaban en pequeños talleres familiares: guitarras, violines y arpas, que le dio fama y el mote de Santa Cruz de las Guitarras, a mediados del siglo XIX y, a su talento innato; no es de extrañarse que, a los seis años, Rosas, quien tocaba el violín, integrara junto con su padre, quien ejecutaba el arpa, y su hermano Manuel, quien pulsaba la guitarra o el bajosexto, un terceto de cuerdas, acompañando a su hermana Patrocinio quien tenía una hermosa voz de soprano, en fiestas o eventos en Santa Cruz y en otras poblaciones de la región del bajío guanajuatense.
En su pueblo natal, Juventino inició sus estudios primarios en la escuela que dirigía Juan Galván, quien también fue su profesor y que, dejó inconclusos al trasladarse la familia a la capital del país, en busca de oportunidades de una vida mejor que escaseaban en su pueblo, en 1875, cuando Juventino Rosas tenía 7 años de edad.
En la ciudad de México
En la ciudad de México, la familia Rosas vivió en varias vecindades del barrio de La Lagunilla: en el número 18 de la calle Puente de Tezontlale, hoy primera de Peralvillo; en la calle de La Amargura, hoy tercera de República de Honduras, en los Baños del Padre; y, en la calle Puente de Leguízamo. Además de continuar con sus estudios primarios, Manuel y Juventino eran campaneros y tocaban la guitarra y el violín, respectivamente, y cantaban en el coro del templo de San Sebastián, actualmente en la calle de Bolivia. Asimismo, por un tiempo, el futuro compositor fue sacristán en el templo de San Francisco, en el barrio de Tepito.
Vendiendo dulce con ritmo
Por otro lado, la familia Rosas integró una orquesta callejera que acompañaba a vendedores ambulantes del postre conocido como dulce de ante. Don Jesús, Manuel y Juventino ingresan a la orquesta de baile de los hermanos Elvira y poco después a la de los Hermanos Aguirre, paisanos de Santa Cruz. Cuando tocaban con esta última orquesta, al principio de la década de los ochentas, del siglo XIX, en una riña en una fiesta de barriada resultó muerto Manuel. Al poco tiempo fallecen también los padres de Juventino Rosas y se ignora la suerte de la hermana Patrocinio. El músico se queda solo en la gran ciudad.
Santa María Cuautepec
En 1884, a invitación de sus compañeros de orquesta: Cornelio Cedillo y Fidencio Carbajal se va a radicar a Santa María Cuautepec, en ese entonces, pueblo cercano a la ciudad de México y que actualmente forma parte de ella, en la delegación Gustavo A. Madero, a la casa del señor Carbajal. En esta localidad, Rosas, ya con sus estudios primarios terminados, fue profesor rural, dio clases de música y formó una banda municipal. El 7 de enero de 1885, ingresa al Conservatorio de Música y Declamación, actual Conservatorio Nacional de Música, gracias al apoyo del médico Manuel M. Espejel, quien lo recomendó con el director del conservatorio: Alfredo Bablot. En el conservatorio cursó las materias de: Solfeo, con el profesor Cornelio Camacho y Teoría de la Música, con el maestro Maximino Valle. Sin embargo, la necesidad económica le hizo abandonar los estudios. Fuera del conservatorio, Juventino Rosas fue discípulo del europeo Eduardo Gabrielli, quien radicaba en México y que a su vez, fue discípulo de Giuseppe Verdi. En esta época, el músico santacrucense comienza a componer valses, polcas, mazurcas, chotises, romanzas, danzas y danzones.
Vals "Sobre las Olas"
En 1885, en su estancia en el pueblo de Santa María Cuautepec, compone su obra maestra: el vals “Sobre las olas”, al parecer en honor de Mariana Carbajal, hermana de su anfitrión, de quien se enamoró. Una tarde al verla lavando ropa en un arroyo, la inspiración lo llevó a componer el vals que originalmente pensó en llamar “Mariana”, o “A la orilla del Arroyo”, o “Junto al arroyo”, o “A la orilla del sauz”, o “Junto al sauz”, decidiéndose finalmente por el nombre de “Junto al manantial” que fue como se publicaron las primeras partituras y como se empezó a popularizar. Fue el compositor y pianista Miguel Ríos Toledano, quien le hizo al vals los arreglos para piano, el que convenció a Rosas de ponerle un nombre más sonoro, de acuerdo a la grandeza del vals, resultando así el nombre definitivo de “Sobre las olas”, con el que se inmortalizaría.
Un desertor en Magdalena Contreras
En 1887, su amigo Fidencio Carbajal lo ayudó a entrar al ejército, a la banda de zapadores del 4º Regimiento de Caballería, en el cuartel de Peredo, cuyo director era el pianista Miguel Ríos Toledano, conocido del compositor guanajuatense. En dicha banda, Juventino tocaba el trombón, pero desertó muy pronto; porque no soportó la disciplina militar y las bromas de sus compañeros o porque en un café le robaron el trombón. Como haya sido, abandonó el regimiento. Huyendo de las autoridades militares, Rosas se fue a refugiar en el mes de septiembre de 1887, al poblado de Magdalena Contreras, cercano a la capital, y ahora, también parte de ella como delegación. En esta localidad vivió en la casa de su amigo José Reina, en la vecindad conocida como Las Tumbas o Los Sepulcros e ingresando al mismo tiempo como violinista, a la orquesta en la que su amigo José tocaba el bandolón y que dirigía su tío Pepe Reina.
El 7 de febrero de 1888, apremiado por la necesidad económica, Juventino Rosas vendió los derechos del vals “Sobre las olas” junto con el chotís “Lazos de amor”, a la sociedad “Wagner y Levien”, en la mísera cantidad de 45 pesos. Agustín Wagner y Guil Levien, ambos de origen prusiano, fundaron en 1851 la sociedad que, desde 1861, editaba la revista “La Aurora” con catálogo de partituras de música mexicana. Guil Levien fallece en 1884, pero Agustín Wagner continúa con el negocio y la misma razón social. El trato con la sociedad teutona proporcionó a Rosas la consagración, reconocimiento y triunfo musical, tanto en México como en el extranjero; pero la voraz sociedad se llevó el éxito económico, del que no participó el compositor. La fama comienza a sonreírle, llegan los contratos, actúa como violinista en diversos foros, convive con personas de las altas esferas sociales y con la crema de la intelectualidad en las tertulias en la casa de doña Calixta Gutiérrez de Alfaro, mecenas de muchos artistas de la época. Sin embargo, seguía siendo un desertor del ejército, pero un hecho ayudó a conseguir el indulto: compone un hermoso vals al que titula “Carmen” y lo dedica a doña Carmen Romero Rubio de Díaz, esposa del presidente de la República, Porfirio Díaz Mori.
Contratos y éxitos
Una vez logrado el perdón y con la creciente notoriedad que adquiría el vals “Sobre las olas”, Juventino Rosas logró una serie de éxitos musicales, compuso más obras y reingresó al Conservatorio de Música y Declamación, teniendo ahora como maestros a Lauro Beristain en Solfeo y, nuevamente, a Maximino Valle en Teoría de la Música. Desafortunadamente, ahora no por necesidad económica sino por compromisos de trabajo, volvió a dejar inconclusos los estudios. A fines de la década de los ochentas y principios de la de los noventas, del siglo XIX, Juventino compone la mayoría de sus obras conocidas, se afirma que en total fueron más de 90 piezas, pero solo se han logrado rescatar 34 partituras. En este período, los valses “Sobre las olas”, “Carmen” y “Ensueño seductor” se vuelven famosos y se escuchan en los salones de fiesta y teatros líricos de México y de Estados Unidos.
Rosas amenizó como violinista en las funciones del popular circo “Orrín”; se convierte en director de la orquesta que tocaba en la alberca “Pané”; actuó también como violinista en el café “La Concordia”; en 1890, se convierte en violinista de la Orquesta de la Ópera; y, en el Teatro Nacional interpretó un solo de violín, ante la presencia del presidente de la República y su esposa.
Pero, el músico santacrucense también se interesaba en los problemas sociales. El 30 de octubre de 1890, Juventino es socio fundador de la Sociedad Mutualista “Juventud Obrera” y compuso dos obras para la sesión inaugural, el 10 de noviembre, mismas que ejecutó: la marcha “Patria” y el vals “Ilusiones juveniles”. El médico Manuel Espejel era el presidente de la sociedad. En la revista “Juventud Literaria”, órgano informativo de la sociedad mutualista, Rosas escribe crónica con el seudónimo de “Raúl”.
Por estas fechas conoce a la cantante primera tiple Soledad Goyzueta, quien le impresionó mucho y crea en su honor el vals “Soledad”. En 1891, la banda del batallón del cuartel de Las Rosas de Morelia, Michoacán, que dirigía Alberto Chávez, emprende una gira por el norte del país, llevando a Juventino Rosas como violinista invitado.
Matrimonio y separación
En 1892, Juventino se casa con Juana Morales en la ciudad de México, a quien dedicó la mazurca “Juanita Opus 22”. A los pocos meses Juana lo abandona. Temporalmente se va a radicar a Monterrey, Nuevo León, en donde conoce a Dolores Menchaca, hija de Santiago Menchaca, rico zapatero que tenía su negocio en pleno centro de la ciudad, se enamora de ella y le dedica el vals “Dolores”. Sin embargo este amor tampoco prosperó.
La Orquesta Típica Mexicana
La Compañía de la Orquesta Típica Mexicana, fundada en 1884 por Carlos Curti, en 1893 era dirigida por Antonio G. García y pretendía realizar una gira por el norte de la República y el sur de Estados Unidos. Juventino Rosas es invitado a participar como violinista pero, al detectar sus cualidades musicales, el director de la compañía le otorga la dirección de la orquesta. Los integrantes de la orquesta vestían trajes típicos y acompañaban a un grupo de zarzuela, tocando música selecta. La Orquesta Típica Mexicana actúa los días 16 y 17 de febrero de 1893 en el Teatro Mercado de Laredo, Texas; el día 18 en Nuevo Laredo, Tamaulipas; y, el día 20 en Corpus Christi, Texas.
La Exposición Universal Colombina de Chicago
En el mismo año, correspondió a la ciudad de Chicago, Illinois, en Estados Unidos, organizar la Exposición Universal Colombina de Chicago, en conmemoración del cuarto centenario del descubrimiento de América; en la que, se mostraba al mundo los adelantos en varias áreas de la cultura y del conocimiento científico y tecnológico y en cuyo certamen de música participó la Orquesta Típica Mexicana, bajo la dirección artística de Juventino Rosas. Previamente en Saltillo, Coahuila, en México, Eduardo Gariel editó cuatro obras del músico guanajuatense: el vals “Soledad”, el danzón “Flores de Romana”, el vals “Flores de Margarita” y la polca “Flores de México”, edición especial para su participación en la exposición de Chicago.
La exposición dio inicio el 1º de mayo de 1893 y la Orquesta Típica Mexicana llegó a Chicago el 18 de mayo, actuando en el Teatro Marlowe el día 22 y en la Nave Central del Edificio de Manufacturas de la Exposición el día 25. En este certamen, el director de la orquesta, el ya célebre Juventino Rosas obtuvo 4 medallas de oro, diplomas honoríficos y el título de Profesor de Composición de Mérito, por sus excelentes actuaciones. Posteriormente, del 9 de junio al 19 de agosto, la Orquesta Típica Mexicana actúa en el Café Midway Plaissance en la misma ciudad de Chicago.
Texto tomado de la Pagina de Facebook de Victor Manuel Garcia Flores , Gracias por sus aportaciones.